After a very long and exhausting peer review process, we started this back in 2014, the paper we co-wrote with Hagit Keysar, Shannon Dosemagen, Catherine D’Ignazio and Don Blair is finally up there: “Public Lab: Community‑Based Approaches to Urban and Environmental Health and Justice”.
Abstract
This paper explores three cases of Do-It-Yourself, open-source technologies developed within the diverse array of topics and themes in the communities around the Public Laboratory for Open Technology and Science (Public Lab). These cases focus on aerial mapping, water quality monitoring and civic science practices. The techniques discussed have in common the use of accessible, community-built technologies for acquiring data. They are also concerned with embedding collaborative and open source principles into the objects, tools, social formations and data sharing practices that emerge from these inquiries. The focus is on developing processes of collaborative design and experimentation through material engagement with technology and issues of concern. Problem-solving, here, is a tactic, while the strategy is an ongoing engagement with the problem of participation in its technological, social and political dimensions especially considering the increasing centralization and specialization of scientific and technological expertise. The authors also discuss and reflect on the Public Lab’s approach to civic science in light of ideas and practices of citizen/civic veillance, or “sousveillance”, by emphasizing people before data, and by investigating the new ways of seeing and doing that this shift in perspective might provide.
Rey-Mazón, P., Keysar, H., Dosemagen, S., D’Ignazio, C., & Blair, D. (2018). Public Lab: Community-Based Approaches to Urban and Environmental Health and Justice. Science and engineering ethics, 24(3), 971-997.
We used three different case studies to: Aerial Photography and Community Building in Castellón, Spain, 2014; The Aerial Testimony: Silwan, East Jerusalem, Israel/ Palestine, 2011; and Open Water Science for Civic Veillance.
El sábado 25 de abril 2015 spresento los resultados de “Cartografía de Barrio”, unos talleres de fotografías aérea con globo que realiamos a mediados de mes en El Raval, Barcelona.
La presentación tendrá lugar a las 19.00h en el MACBA (Museu d’Art Contemporani de Barcelona) dentro del marco del Festival de Ciència, Tecnologia i Innovació de Barcelona, NOVUM. Se podrá ver los mapas realizados y hablar de las motivaciones y preocupaciones de los participantes sobre el espacio público.
Thanks to the workshop of balloon mapping documentation Defiende el territorio desde el aire with Public Lab tools, we (at Basurama) have been invited to participate in the “Emerging ICT for Citizens’ Veillance: Theoretical and Practical Insights” workshop organized by the Institute for the Protection and Security of the Citizen of the Joint Research Centre of the European Commission (March 20-21 2014. Ispra, Italy). We’ll talk about the workshop: methodology; engaging and building community and techniques under the Experiences using ICT for Artistic Civic Science on Friday at 1.30pm.
Public Laboratory: comparte y cuida a la comunidad de usuarios
The Public Laboratory for Open Technology and Science, o mejor Public Lab, desarrolla su actividad en otro campo completamente diferente al del estudio de los flujos de información: diseña y construye herramientas de software y hardware de bajo coste en torno a temas relacionados con el medio ambiente. Un tipo de ciencia ciudadana, investigación científica desarrollada por científicos no profesionales (ciudadanos), que se desarrolla en formatos abiertos en torno a una comunidad de usuarios-desarrolladores interesados.
Los orígenes del proyecto fueron cuando Jeff Warren, todavía estudiante en Media Lab empezó a experimentar a hacer fotos desde el aire con una cámara compacta normal (=barata) colgada de un globo para producir imágenes aéreas de alta resolución, lo que más tarde sería su tesina de master. Por aquel entonces se llamaba Grassroots Mapping. Quería desarrollar técnicas y enseñárselas a comunidades de base para que pudieran producir sus propios mapas. La cámara hacía fotos en formato continuo mientras se elevaba: bastaba con unir esas fotos para poder tener el mapa de la zona mapeada.
Con el tiempo las actividades de Public Lab se han expandido a otra áreas de la ciencia, como son la espectrofotometría y la fotografía infraroja, a la vez que siguen compartiendo tanto el hardware y software que desarrollan como los datos que archivan con esas mismas herramientas.
Cuando en 2010 la plataforma petrolífera de BP estalló en el golfo de México, Jeff envió un email a la lista de correo de Grassroots Mapping, creada 6 meses antes, para preguntar cómo se podría empezar a mapear lo que el vertido de petróleo iba a destruir. Unos días después viajó a Nueva Orleans junto con Oliver Yeh y se empezaron a organizar con la Louisiana Bucket Brigade para hacer fotos de antes y de después de que llegara la marea de petróleo a la costa. Hacer las fotos cumplía una doble función: por un lado querían tener la documentación, ya que serían relevantes en un más que probable futuro juicio contra BP y no contaban con las fotografías de los satélites para apoyarles; por otro, el acto mismo de mapear servía para atraer la atención, y la colaboración, de la ciudadanía.
El proceso de hacer las fotos y enseñar a otros la técnica redundó en una mejora de las herramientas y en la creación de una comunidad de usuarios que detectaban problemas y proponía sus propias mejoras técnicas. Es un ejemplo idóneo para entender cómo hay que equilibrar el desarrollo de una herramienta y el cuidado del grupo de usuarios. Es tan importante el desarrollo de una tecnología que la gente pueda usar, porque es sencilla y asequible, como la creación de una comunidad de usuarios que la apoye y la use. En el proceso de diseño es también fundamental contar desde las primeras fases con los futuros usuarios (co-design o co-diseño). La experiencia del mapeado del vertido de petróleo del golfo de México y el trabajo en común fue el germen de Public Lab.
Public Lab como organización (hace poco consiguieron el estatus de organización sin ánimo de lucro en EE.UU.) empezó a andar gracias a el primer premio del News Challenge de la Kight Foundation. Desde entonces han buscado otras fuentes de ingresos para mantenerse, por ejemplo, sus campañas de crowdfunding para desarrollar projectos, como el caso reciente de infragram, o mediante la venta a través de su propia tienda de los productos de ciencia ciudadana que van desarrollando.
La investigación compartida se desarrolla principalmente a través de sus múltiples y abiertas listas de correo, organizadas temática y geográficamente. En su web también publican posts sobre las investigaciones y proyectos en marcha y animan a que cualquiera pueda publicar allí. Los modos de documentar se amplian haciendo que la web entera sea una wiki, esto es, que cualquiera pueda colaborar en editar, añadir y corregir cualquier parte de ella.
Hacer un mapa con este método es ir recomponiendo el terreno a partir de los cientos de imágenes que la cámara tomó en modo automático. Es un proceso que permite el trabajo colaborativo en Mapknitter.org, el software que ha desarrollado para componer ese puzzle de imágenes. Cuando el año pasado hacíamos fotos desde una cometa del vertedero de Boston en Saugus, donde se dejan las cenizas de la aneja incineradora, cumplíamos el doble propósito de estudiar cómo era ese vertedero a la vez que queríamos llamar la atención sobre su existencia y sobre la incineración de residuos. Además, la excursión al vertedero, anunciada públicamente en la lista de correo de Public Lab, era también un evento para enseñar esta técnica a quien quisiera acercarse a participar. El mapa producido quedó publicado con licencia CC-BY en el archivo de mapas de publiclab.org.
Sin embargo, ir al lugar y mapear algo físicamente es sólo una de las formas posibles para estudiar un lugar, a la vez que llamar la atención sobre él. En Google Maps (el que muchos entienden como el mapa online por defecto), el vertedero no aparece y la incineradora es difícilmente identificable como tal. En OpenStreetMap, un mapa construido colaborativamente por usuarios de todo el mundo, algo así como la Wikipedia de los mapas, fuimos nosotros los que dibujamos el perímetro del vertedero para hacerlo visible (la zona marrón). Es un proceso análogo a cuando un usuario corrige o escribe un artículo en Wikipedia: puede estar documentando para sí mismo, pero también sirve para compartir con otros lo que ha investigado.
Algo así me ocurrió en mayo de 2011 cuando iba siguiendo desde Boston todo lo que estaba ocurriendo en Madrid al hilo del movimiento 15M. Empecé entonces mi propio archivo personal de imágenes, documentos y prensa (online, televisión, papel), quería archivar todo lo que estaba aconteciendo. Después de leer varios comentarios sobre la pobre cobertura que las movilizaciones estaban teniendo pensé que se podía enfocar la respuesta como una visualización de datos. Descargué “a mano” las diferentes portadas de los periódicos más importantes, las ordené en una matriz y dibujé unas áreas naranjas allí donde había noticias relacionadas sobre el 15M. Publiqué en Twitter el gráfico y me fui a dormir. Cuando me levanté el viernes por la mañana aquel gráfico se había difundido y republicado en varios medios. Su amplia difusión seguramente se debía a la rapidez con que se leía el gráfico: hasta el jueves 19 de mayo los periódicos no se habían volcado enteramente a cubrir las movilizaciones. Era el inicio de lo que más tarde sería PageOneX.
PageOneX: del prototipo a la herramienta buscando usuarios
La buena acogida que tuvo el gráfico sobre la cobertura del 15M me llevó a continuar en el desarrollo de ese tipo de visualizaciones. Al igual que Nathan Matias, con su proyecto análisis de género en las noticias, quería automatizar el proceso de codificación de portadas lo más posible y permitir que otros lo usaran. Lo que había empezado como una respuesta al aparente blackout de los medios de comunicación, se iba a convertir en una de mis principales líneas de investigación.
Las portadas son el lugar donde los periódicos condensan la información más importante del día, y constituyen un elemento muy importante dentro del ecosistema de medios a la hora de definir la agenda mediática. La selección de noticias y su enfoque en la portada configuran su línea editorial, más casi que su línea editorial oficial. Utilizar la cantidad de espacio que ocupan en portada determinadas noticias ha resultado ser un buen atajo para estudiar a qué dedican su atención los periódicos. PageOneX, la herramienta que empecé a desarrollar entonces, automatiza y simplifica el proceso de descarga de las portadas, codificación, análisis y la visualización de los datos.
El proceso de desarrollo se ha basado en los retos y necesidades que aportaban los diferentes casos de estudio que fui haciendo: comparativa de cobertura de noticias en diferentes países; análisis cualitativo (positivo – negativo) de la cobertura sobre un tema; comparativa la cobertura en portadas, mass media, con datos de Twitter, social media;
El paso más trabajoso fue convertir la versión inicail del software, que funcionaba en mi ordenador usando diferentes programas y que requería conocimientos técnicos, en un programa online listo para ser usado por cualquiera. Proceso que llevó más de un año de desarrollo, primero con Ahmd Refat dentro del Google Summer of Code y luego apoyado por el MIT Center for Civic Media con Edward L. Platt y Rahul Bhargava. Recién llegados a una versión estable, lo que hace falta para seguir desarrollando, aprendiendo del ejemplo de Public Lab, es usuarios que la usen para sus investigaciones y que guíen hacia donde debe ir la herramienta. Por ejemplo como con el estudio sobre la cobertura de las protestas de Brasil de junio de 2013 por Débora Leal o recientemente con El Estado del periodismo, que analiza un año de portadas en México, por articulo19.
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Cuando se comparten el proceso y los datos de una investigación se está facilitando la inclusión de otros investigadores e interesados en la misma, incluso antes de tener unas conclusiones o resultados terminados. El proceso de investigar se abre de este modo a la colaboración y puede nutrirse de críticas y sugerencias ajenas al mismo. Inicia así la difusión del mismo antes de haber concluido, sin necesidad de emplear recursos extra para publicitarlo. El mejor artículo publicado en una publicación especializada, aunque sea de acceso libre, puede no llegar al público u otros investigadores y no ser el motor de cambio deseado. Tener en cuenta cómo se va a difundir la investigación y convertirla en un proceso abierto aumenta las posibilidades de impacto de esta.