Entrevista a Enric Satué. Diseñador e historiador
Trayectoria
Satué fue el primer diseñador en recibir el Premio Nacional de Diseño, en 1988. Entre sus trabajos destacan las cubiertas de la editorial Alfaguara y Colección Austral, Taurus, Espasa Calpe, Grijalbo o RBA, además de la identidad visual del Instituto Cervantes, el cartel oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 o la señalización del Aeropuerto de Sevilla. También es historiador y ha publicado diversos libros sobre historia del diseño.
Cuestionario
entrevista realizada por escrito
·Desde su experiencia como profesional ¿cómo
es y cómo debería ser el trabajo en colaboración con los
arquitectos?
Pues como son todos los trabajos de carácter interdisciplinar. Trabajando
en equipo y aportando cada parte sus conocimientos específicos. Una vez
puestos sobre la mesa, las soluciones suelen encajar con una sombrosa coherencia
y naturalidad, tomando a menudo derroteros más interesantes de los que
habíamos previsto en solitario, cada uno por su lado. La sinergia resulta,
en estos casos, tan inevitable como imprescindible.
·¿Cómo fue la experiencia en proyecto
del aeropuerto de Sevilla con Rafael Moneo?
Para mí, fue una experiencia sumamente interesante. Lástima que
el organismo aeronáutico competente condenara el proyecto al requerir,
hacia el final del proceso, que se homologara lo más posible con el tratamiento
tipográfico y pictográfico que acababan de aprobar para el resto
de aeropuertos españoles. Así que del proyecto original tan sólo
quedó en pie la estructura, el color y la secuencia de los soportes (proyectados
en colaboración con el arquitecto Marc Cuixart), cuyo entramado le pareció
a Moneo especialmente dialogante con el ámbito arquitectónico
monumental que él había proyectado. Pero, insisto, el interesante
programa tipo-pictográfico que había diseñado, con un tratamiento
funcional e innovador a un tiempo, quedó convertido en un híbrido
insatisfactorio.
·¿Cual es su método de trabajo cuando comienza
un trabajo de señalética o de tipografía en un entorno?
¿Cómo selecciona un tipo de letra adecuada al edificio/entorno?
¿Y el tamaño, material y color?
En relación a la arquitectura, la tipografía debe tratarse formalmente
desde su riquísimo acervo cronológico y simbólico. El diseño
de cada tipo pertenece a un periodo explícito determinado de la historia
(renacentista, neoclásico, romántico y racionalista, en sus cuatro
órdenes principales) y a una simbología implícita determinada
por la cultura y el país de origen (humanista, tecnológica o digital),
y ambas son referencias que deben tenerse en cuenta al adaptar la morfología
del tipo al estilo de la arquitectura a la que se acomoda una señalización
sobrevenida. Asimismo, el tamaño y peso de la letra, el material y el
color, deben considerarse partes integrantes de un todo que hay que implantar
con la mayor armonía estilística posible.
·¿Cómo se llevan a cabo las pruebas de
aplicación sobre la arquitectura?¿Cómo han cambiado las
nuevas tecnologías las condiciones de trabajo en su profesión?
En la fase de proyecto, los programas informáticos permiten hoy día
aplicar cualquier señalización al espacio arquitectónico
correspondiente inmediatamente, sin mayores dificultades y con un resultado
virtual rotundo, sugestivo y eficaz.
·La tipografía y la rotulación. ¿Cómo
afecta la diferencia de escala en el uso de la tipografía en la arquitectura?
¿Implica su rediseño?
Afecta en la arquitectura como afecta en las páginas de un libro. Es
una cuestión, básicamente, de proporción. Los rótulos
comerciales, por ejemplo, que son los más estentóreos, suelen
sobrepasar en mucho los límites razonables, y el conjunto que forman
con la arquitectura que les enmarca es, casi siempre, deficiente y desproporcionado.
Teniendo en cuenta que los tratados de oftalmología establecen que una
letra de 7,5 cm. de altura es legible a 50 m., la inmensa mayoría de
rótulos podrían reducirse tres o cuatro veces y encajarían,
sin ninguna duda, mucho más favorablemente a los edificios a los que
están adheridos que en su actual desmesura.
·¿Hasta qué punto puede la señalética
resolver los problemas de orientación y de presencia de un edificio?
El diseño de un programa de señalización debe ser, ante
todo, pragmático. No tiene que ver con la decoración, principalmente,
sino con la información. Por sí sola, la información que
pueda sugerir un espacio arquitectónico es insuficiente para señalar
correctamente a los usuarios los itinerarios y servicios. Eso es cometido del
programa señalético, y en función de su eficacia, debe
facilitar los recorridos y localizaciones en los edificios de servicios complejos,
desde un aeropuerto a un hospital, un edificio público o una gran superficie
comercial. Si, además de accesible, la información resulta bella,
mejor que mejor.
·Para un edificio actual y/o para una imagen corporativa
¿es necesario crear una tipografía específica para cada
proyecto? ¿Qué variables se manejan para decidirlo?¿Y en
su diseño?
Por lo que respecta al diseño de imagen corporativa, su definición
objetiva responde, en parte, a la pregunta. Si un logotipo es una secuencia
de letras característica, ello otorga al diseñador la licencia
de crearlas de nuevo, si así lo desea. Aunque la razonable coherencia
con un determinado edificio puede también sugerir el uso de una tipografía
estilísticamente afín, e incluso la manipulación de una clásica,
siempre que se haga todo con la suficiente sensibilidad e inteligencia. Como
siempre, el talento del diseñador es lo que importa, y si lo tiene, en
cada caso sabrá cómo resolver mejor un encargo.
·La imagen de la ciudad contemporánea se define,
en parte, a través de los rótulos publicitarios, comerciales e
institucionales. Su libro El paisaje comercial de la ciudad: letras, formas
y colores en la rotulación de comercios de Barcelona (2001), lejos
de ser una ordenanza de carácter rígido, quiere ser un libro blanco
que puedan utilizar los comerciantes a título consultivo para conseguir
un paisaje urbano menos estridente. ¿Cómo ha sido la acogida de
la propuesta por parte de los comerciantes, políticos y diseñadores?
¿ha funcionado?¿Cómo si no se puede normativizar/controlar
la imagen de la ciudad sin perder su viveza y espontaneidad?
La relación de la tipografía con la ciudad es, hoy por hoy, de
una indiferencia ciertamente caótica. Tarde o temprano será inevitable
una especie de planificación urbanística de la tipografía,
porque esa responsabilidad cívica y cultural no puede quedar eternamente
en manos de los comerciantes, sobre todo desde que han delegado los poderes
decisorios a expertos en publicidad y marketing. Sin la menor delicadeza, la
vociferación estridente y chillona de los rótulos, con excesos
en los tamaños, los colores y los soportes, no hace más que aumentar
la polución visual del entorno. Y esa plaga, intrínseca a las
sociedades desarrolladas, afecta malignamente el paisaje informativo urbano
y rural. Exceptuando el caso de Munich (del que hablo más adelante),
confío más en que algún día organizaciones no gubernamentales,
como Greenpeace o el Foro de Porto Alegre, incluyan la polución visual
entre sus reivindicaciones, que en las medidas municipales, siempre demasiado
contemporizadoras con los excesos y libertinajes del poder económico.
·Parece que en la era de las marcas y de la globalización
las ciudades tienden a homegineizarse ¿Podría suponer la pérdida
de la identidad de las ciudades?
Efectivamente, puede suceder, puesto que la tendencia indica la proliferación
interminable de marcas. Ya se llama al siglo XXI “el siglo de las marcas”,
y no ha hecho más que empezar. Por cierto, los arquitectos han madrugado,
reparando en la cuestión mucho antes que los demás colectivos.
He leído declaraciones de Herzog / De Meuron y Siza Vieria muy precisas
al respecto, porque dicen que los clientes actuales no les encargan edificios,
sino logotipos. Y como la fuerza del dinero es cada día más decisiva,
me temo que el peso de las marcas en nuestro entorno será determinante.
Sólo es una cuestión de tiempo.
·¿En qué ámbito académico,
según usted, deberían estudiarse los problemas de la aplicación
del signo y de la letra en la arquitectura?
Los ámbitos más pertinentes son las escuelas de diseño
(donde se imparte regularmente), las escuelas de arquitectura (donde algunas
empiezan a incorporarla tímidamente), algunas universidades (especialmente
en los estudios de periodismo y comunicación audiovisual) y en bastantes
posgrados y masters. De todos modos, si consideramos que el arte plástico
lleva un siglo incorporando tipografía a la pintura y la escultura, podría
impartirse también en las facultades de Bellas Artes.
·Desde su perspectiva como historiador, ¿podría
citar ejemplos interesantes de adecuada integración de tipografía
en arquitectura? ¿y algún contraejemplo?
Desde luego, como historiador, no veo mejor ejemplo que la base de la columna
trajana, en Roma. Jan Tschichold, el diseñador gráfico más
experto en tipografía de nuestra modesta historia, destacaba esa soberana
muestra de entre toda la inmejorable escritura lapidaria de la Antigüedad
diciendo que era “el mejor catálogo de letras de la historia”.
Como aportaciones contemporáneas, cabe citar la plausible medida tomada
por el ayuntamiento de Munich, al normalizar la rotulación de los establecimientos
comerciales del centro histórico con unas tipografías romanas,
de caja alta, en tamaños moderados y cromadas, fijadas a la pared, una
a una, así como el espectacular envoltorio del edificio de la
imprenta Venmann, en la ciudad holandesa de Ede, donde sobre un fondo de
plástico transparente Karel Martens ha diseñado una bella composición
con grandes tipos de palo.
En cambio, un contraejemplo flagrante y desmoralizador en la rotulación
de edificios públicos, en general bastante correctos, es la Audiencia
Nacional de Madrid, en cuyo rótulo de tipografía romana fijada
con letras sueltas sobre la puerta, las tres N están colocadas ¡cabeza
abajo!