Entrevista a Andrés Cánovas. Arquitecto

Trayectoria

xxxxx

 

Cuestionario
entrevista realizada en persona

·En su actividad profesional, ¿cómo es o debería ser el trabajo en colaboración con los diseñadores?
Mi actividad profesional empezó siendo también una actividad relacionada con el diseño en el sentido de que trabajábamos con temas de diseño gráfico e industrial. Aparte he sido profesor de diseño gráfico e industrial. Habría que distinguir.
Creo que cualquier relación con otro profesional no se basa en la subordinación sino, muy al contrario, en conocer el grado de independencia de cada uno. En algún sentido pensar que lo que enriquece el proyecto son distintas las versiones sobre el proyecto y no una versión sesgada por la cual el arquitecto impone ciertas condiciones que otros profesionales desarrollan. O lo que es lo mismo, el grado de colaboración tiene que ver con el espíritu del trabajo, entendiendo que el trabajo es algo que queda enriquecido por los distintos comentarios. Es más, a mi me da la impresión de que cuando esas perspectivas son "desde otras disciplinas" el trabajo resultante será mejor porque los modos en los cuales uno tiene de analizar las distintas condiciones que aparecen en los proyectos lo enriquecen, ya sean de diseño gráfico o arquitectura. Creo que al final el proyecto es todo.
[...] A mi no me interesa el trabajo del diseño aplicado a la arquitectura, me interesa cómo el diseño puede aportar datos para hacer variar la arquitectura, que es un tema radicalmente distinto. No me interesa tampoco decir que fulanita de tal haya puesto unas letras en el edificio que yo he hecho. Las pondrá mejor o peor pero es que no tiene más historia, me interesa pensar cómo la reflexión que se hace sobre el diseño puede interactuar en la arquitectura. Y yo creo que así es cómo las disciplinas se complementan, lo otro es un corta y pega, desde mi punto de vista, absurdo.

¿Cómo selecciona un tipo de letra adecuada al edificio/entorno? ¿Y el tamaño, material y color?
Yo no selecciono absolutamente nada. Trabajo con determinados profesionales y confío absolutamente en ellos. Por lo tanto, si tengo que implementar un edificio hago lo que me digan los profesionales. Me parece que hay que eliminar esa imagen del arquitecto que lo controla todo, que sabe todo, que puede tomar las decisiones sobre todo. Yo creo que eso es mentira. De la misma manera que tú mandas al calculista de estructuras y discutes las cosas y sabes lo que quieres pero al final él da la soluciones y el proyecto se modifica de la misma manera con los diseñadores gráficos. Confío absolutamente y creo que lo van a hacer mejor que yo porque ellos conocen su disciplina. Yo no cedo mi responsabilidad en la arquitectura, pero ellos tampoco deben ceder su responsabilidad en el diseño.

¿En qué momento del proyecto de arquitectura empiezan a intervenir factores señaléticos/visuales?
Según el tipo de proyecto. Si fuese un proyecto de implementar señalización pues evidentemente es prácticamente un tema de final de proyecto pero temas como montajes de exposiciones o relacionados con la arquitectura de pequeña escala desde el principio. Con Cesar Ávila he hecho trabajos en los cuales la imagen del proyecto es la imagen del diseño. En ciertos pequeños museitos que hicimos hace un par de años me propuso cierto tamaño de letras de dos tres metros de alto para las entradas y al final resulta que la bondad o maldad del espacio está precisamente en la potencia del diseño gráfico y no tanto en la potencia de la arquitectura que quedaba absolutamente absorbida por el diseño. Es un problema del tipo de proyecto y de la magnitud del proyecto.

·Para un edificio actual / contemporáneo (o una imagen corporativa) ¿es necesario crear una tipografía específica para cada proyecto?
Yo creo que no hay que crear nada específico para nada. En el mercado y en la industria existen temas absolutamente fantásticos y sistemas que es posibles implementar. No creo que sea necesario a no ser que alguien piense que lo sea. Ahora, hay gente que lo que hace es investigar y por lo tanto esa labor de investigación quiere desarrollar la sobreimplementación en edificios, eso es otra historia, pero yo no necesito que lo que hago sea nuevo, en mi arquitectura lo que hago tampoco es nuevo. Hacer algo nuevo en este momento es difícil. Seguro que cuando uno está pensando en cualquier cosa hay 150.00 tíos en Australia que están pensando lo mismo. ¿Qué significa lo nuevo en un mundo en que en dos segundos tu información está a 7.000 kilómetros? No tiene ningún sentido.

·La tipografía y la rotulación. ¿Cómo afecta la diferencia de escala en el uso de la tipografía en la arquitectura?¿implica su rediseño?
Yo creo que los buenos tipógrafos trabajan las variaciones de las letras o de los signos en función de sus tamaños, lo que se plantean son sistemas de ajustes para que un tema pueda funcionar a bajas escalas, como un membrete de carta y que eso pueda funcionar en un edificio. Eso esta relacionado también con el color, con la percepción, con las texturas de los materiales, me parece que ahí hay muchas más variables distintas, incluso con el material. No me gusta hablar de rotulación, me gusta hablar de materiales sobre materiales o de materiales con materiales, o sea la pintura es un material y no algo que se coloca sobre otro material. Uno puede pensar, por ejemplo, en temas tan tontos como barnizar el hormigón y la propia textura del hormigón cambiando el brillo ya es distinta. No me interesa la palabra rotulación porque me parece que es otorgarle un sentido menor al hecho de implementar cosas.

·La imagen de la ciudad contemporánea se define, en parte, a través de los rótulos publicitarios, comerciales e institucionales. ¿Qué papel pueden jugar en ella las comunidades de diseñadores, arquitectos y políticos?
Yo creo que la imagen de la ciudad no la controla ni San Pedro. La imagen de la ciudad la controla ella misma y la controlan fundamentalmente los rotulistas en ese sentido peyorativo de la palabra rotulación. Sólo un 5% de las imágenes que vemos en la ciudad están pensadas para la ciudad, la complementan y la hacen mejor. Habitualmente están destinadas al más puro consumo sin tener ningún otro valor. Evidentemente la publicidad está destinada al consumo pero bueno, hay matices. Hay publicidad inteligente y otra que no lo es. Igual que hay diseño y arquitectura inteligente y otra que no lo es. O lo que es lo mismo, personas inteligentes y otras que no lo son. Entonces en función de las manos en las que cae el proyecto saldrá un buen o mal proyecto. Creo que por ahí van los tiros, siempre pienso más en las personas que en los hechos.

¿Cómo se puede normativizar/controlar la imagen de la ciudad sin perder su viveza y espontaneidad? ¿debe hacerse?
Creo que las normativas están para ser llevadas al límite. Las viviendas de protección oficial tienen normativa y no son peores, o no deben de ser peores. Simplemente hay que saber hasta que punto la normativa es vehículo para hacer que el proyecto sea mejor. Yo creo que lo es. Creo que lo que no tiene norma, no tiene por qué ser mejor, habitualmente es peor. Cuantas más condiciones haya los proyectos son mejores, siempre.

·Parece que en la era de las marcas y de la globalización las ciudades quieren también tener el status de identidad corporativa e imagen de marca para venderse como un producto más. ¿Está de acuerdo en que este fenómeno de invasión y homogeneización de los espacios públicos podría suponer la pérdida de la identidad real de las ciudades?¿Qué implica que una cuidad tenga una tipografía asociada? ¿Mejora la comunicación con el ciudadano?
Esto hace referencia a la pérdida del carácter de las ciudades, a la conversión de las ciudades en una sola ciudad y por lo tanto a una heterotopia. No hay nada más parecido a un aeropuerto que otro aeropuerto, no hay nada más parecido a un campo de fútbol que otro campo de fútbol, al final son una panda de gente chillando. Yo creo que las ciudades en algún sentido deben preservar una cierta identidad pero a mi no me da miedo ese fenómeno de globalización en el cual hay arquitectos y diseñadores a los que se le llama para que hagan su arquitectura o diseño específicos. Para que identifiquemos las cosas que hacen. ¿Que eso hace la ciudad más plana? Pues posiblemente. Pero es la ciudad que tenemos, la que posiblemente deberíamos cambiar, pero tampoco me parece un fenómeno extraño al de la propia cultura contemporánea. Creo que hay que escribirlo siempre en ese tipo de marcos.
¿Este fenómeno es un fenómeno que se puede pensar en términos de cultura? Se puede pensar en ese sentido, una cultura posiblemente distinta, más universal, de repetición, de marca, más global, en una cultura más de consumo, en el sentido de que consumimos aquello que creemos que es apto para ser consumido y por lo tanto en algo que conocemos. Por lo tanto vamos al Guggenheim y nos parece bueno porque hemos visto otra cosa de Gehry en otro sitio. Tomamos la Coca-Cola, no porque nos guste más o menos la Coca-Cola sino por que confiamos en la marca de la Coca-Cola. Eso es un fenómeno sobre lo que hay poco que discutir. Que nos puedan gustar más las ciudades antiguas con su carácter, su autenticidad... bueno, no es menos auténtico el logo de McDonalds que un catedral gótica. ¿Por qué es menos auténtico eso? Es distinto. Es más, las catedrales góticas también eran sistemas muy similares. Cuando uno ve siete catedrales góticas queda absolutamente aburrido porque la siguiente es la misma. Ya sé que esto para los historiadores es un horror, y que debo ser un tipo tremendamente inculto pero pregúntale al tipo de la calle.

·La arquitectura publicada, la de revista, nos presenta edificios vacíos de personas, mobiliario, carteles. ¿Hasta qué punto la arquitectura debe prever la actuación del usuario-cliente, por ejemplo, a la hora de poner mamparas, publicidad en fachada, carteles indicativos?
Esto se resume con un frase: La arquitectura es vida y si no s vida no es nada. Esta obsesión que tenemos de presentar los edificio como objetos es simplemente desnaturalizadora. A mi me gustaría siempre ver los edificios publicados en uso, los edificios llenos de gente, los edificios como realmente son. El edificio se activa porque tiene uso, porque las personas viven mejor o peor en él . La buena arquitectura siempre ha hecho que las personas vivan mejor. El problema es que las personas damos mal las fotos.
Esa otra versión también es interesante: el conocimiento abstracto de las cosas. El entender que con los planos se puede medir la calidad de la arquitectura. Creo que las cosas se miden con la vida. Esto posiblemente tiene que ver con un cierto sentimiento de posromanticismo en el sentido más cultural y filosófico del término. No podemos separar la ciudad de la vida. ¿Que las personas estropean los edificios? Pues vaya una mierda de edificio que queda estropeado por el uso, creo que cuando están bien los edificios son 5 años después de construirlos. Uno va allí y ve si se utilizan, cómo se ha variado el edificio en función de las necesidades que el arquitecto no ha previsto. El edificio siempre es mejor en su uso, cuando el edificio aguanta todas las adaptaciones y modificaciones. [...] El asunto es si resultan mejores por eso. El resto son estupideces de arquitectos y diseñadores donde los objetos deben permanecer prístinos a la mirada. Esto es el egoísmo de querer que el hijo sea como el padre o que nuestros hijos sean como nosotros hemos pensado que tienen que ser. Por eso existen los conflictos, porque los hijos son como quieren ser y nosotros hemos sido como hemos querido ser. Y cuando tú has querido ser lo de tu padre al final has tenido que ir al psiquiatra. Pues los edificios muchas veces tienen que pasar por el psiquiatra. El psiquiatra es la vida.

·Según algunas líneas del movimiento moderno, que aún se venera en las escuelas de arquitectura, el edificio es inteligible por naturaleza. En él la señalización no es necesaria: el usuario sabe dónde está todo. ¿Deberían añadirse principios de señalética a la idea de una arquitectura de fácil legibilidad? ¿Cómo hacerlo? ¿Quién se encarga actualmente de estudiar y resolver esos problemas?
[...] Estamos viendo constantemente que toda esa imaginería del diseño se ha convertido en una imaginería ya propia de la arquitectura. En lo "moderno", lo moderno de hace 10 años, es precisamente que el diseño gráfico se ha convertido en protagonista y no en subsidiario de la arquitectura. Igual que cuando uno va al panteón de Agripa hay una placa maravillosa que te dice a quien está dedicado. La placa es tan fantástica como el edificio. O cómo el pavimento te señala cual es el centro ¿eso no es señalización? Eso es señalización pero desde otros componentes. Pero por qué negar que la tipografía puede señalizar tanto como un pavimento, como una altura que te baja, todo son componentes que hacen mejor el edificio.

·El cuidado con que se trata la tipografía en los planos del proyecto ¿se traslada de algún modo a la construcción final del edificio?
Los que tienen cuidado sí y los que no. Creo que nada.

·¿Qué efecto tiene en la labor del arquitecto la ausencia de una mínima educación tipográfica? ¿En qué ámbito académico, según usted, deberían estudiarse los problemas de la aplicación del signo y de la letra en la arquitectura?
Creo, de nuevo, que los arquitectos no tenemos que saber de todo y por lo tanto tenemos educación tipográfica cero porque no somos tipógrafos, somos otra cosa. Lo que tenemos que hacer es eliminar el buen gusto y acentuar el criterio. Hay gente que piensa que con su gusto puede solucionarlo todo. El conocimiento está por encima de eso e implica criterio. La tipografía debe enseñarse en las escuelas de bellas artes, de diseño, que son los sitios específicos para una formación rigurosa. Que nosotros debiésemos tener conocimientos de esas cosas bien. La que te da la conversación con la gente, con tus colaboradores, diseñadores, tipógrafos, te expliquen el por qué de las cosas. Igual que un tipo de aire acondicionado te explique el por qué del sistema de aire acondicionado. Tú lo entiendes y lo sabes valorar. Eso se llama criterio.

·¿Podría citar ejemplos interesantes de adecuada integración de tipografía en arquitectura?
Las adecuaciones de Cesar Ávila para Mansilla y Tuñón en el MUSAC. Un trabajo hecho desde la naturalidad, situaciones en absoluto forzadas.
Las que no son interesantes son las cuales la tipografía se sobrepone a la arquitectura aparece como una etiqueta que se pega sobre algo ya hecho y no participa en el espíritu de las cosas. Cuando todo es lo mismo está bien. Cuando las cosas se superponen empiezan a chirriar.